8 septiembre 2016
Ya han pasado varios días desde que empezó la guerra. Papá aún no ha vuelto a casa, estoy asustada. Ayer Carlos (mi hermano) y yo, empezamos a construir un refugio debajo de los viejos tablones de madera. Estoy agotada. Llevamos varias horas trabajando sin parar, y mamá está muy enferma. El miedo me paraliza, y fuera no paran de oírse metralletas y fusiles. Estoy demasiado cansada como para seguir escribiendo. Hasta mañana.
9 septiembre 2016
Hoy el cielo ha amanecido despejado, los ladridos de los perros me han despertado. Mamá parece estar un poco mejor, anoche le preparé un caldo caliente con pan para cenar, pero no llegó a terminárselo, así que me tomé yo las sobras.
El refugio está casi terminado, sólo falta bajar unas cuantas velas un par de mantas, algo de comida y los colchones de las camas. [...] Me disponía a bajar al refugio, cuando una bomba cayó de un avión verde. El impacto, hizo estallar los cristales de las ventanas. Siento un fuerte zumbido en los oídos, me sangran.
10 septiembre 2016
Esta mañana he salido al comedor, hoy había sopa, otra vez. En la cartilla de racionamiento hay para 4 raciones, pero papá sigue sin aparecer. Así que utilizaré esa cuarta ración como reserva para el refugio, o por si mamá lo necesita.
Cuando salí a por las raciones, el ambiente del pueblo estaba apagado, y volaban cenizas de la explosión.
También había muchos escombros, y casas derrumbadas totalmente.
[...]
11 septiembre 2016
Ayer no escribí mucho.. Pues no tenía ganas. Carlos y yo estuvimos hablando de huir del pueblo. No queda mucho para el siguiente impacto. Mamá está mucho mejor, simplemente ha sido un duro resfriado, acompañado de altas fiebres. Pero afortunadamente lo ha superado.. Tengo mucho sueño, pues son casi las diez y media de la noche, y creo que me voy a dormir.
De aquí nos vamos a marchar,
pues no nos podemos quedar
y hemos de empezar a buscar,
próximamente otro lugar.